En llegandome flashbacks de la infancia recuerdo aquella pregunta de rigor de tíos poco conocidos cuando lo veían a uno a los 7 años: ¿qué quieres ser caundo grande?
La pregunta revela un poco la sociedad en la que vivimos, porque ante la tierna respuesta de alguna niñita: quiero ser mamá, las risas se multiplicaban. Y es que por SER, ha de entenderse ¿cuál va a ser tu profesión? por que claro, esa será tu carta de presentación, chapa social por excelencia y a fin de cuentas LO que eres, porque primero engranaje de la máquina y después lo que quieras ser, esa es la idea.
Pero bueno, volviendo al tema me urge comparar lo que cuando chico, yo quería ser cuando grande. Es una lástima no haberlo escrito en esa época, porque todo lo que pueda recordar es un recuerdo del recuerdo del recuerdo, que a fin de cuentas tiene que ver más conmigo en 2008 que en 1990. Pero bueno, me acuerdo que de chico yo quería ser humorista. Veía a a Alvaro Salas y pensaba: Que increible trabajo que tiene él. Contar chistes, y que la gente se ría. De hecho, todavía quiero ser humorista, pero la desidia, y la tontera suelen ganarme, y todavía no catapultoi mi carrera en el stand up comedy, pero ya será la hora.
Pasé también por lo de ser policía, y claro, tanto te meten en la cabeza las películas y series, que no es raro que uno sueñe con luchar contra los malos. Así, de paso nos adoctrinan de chiquititos para distinguir el bien del mal, y que la ley siempre es buena. Aunque aquello a los pingüinos les dura cada vez menos, porque ya a los 12 quieren tirarle piedras a los pacos. Será que en televisión las cosas ya no son tan claras como solían serlo.
También pensé en ser bombero, pero después descubrí que no era profesión sino a lo sumo, hobby. En todo caso, cada vez que paso frente a una bomba pienso, "como me gustaría ser bombero".
Pense también el clásico astronauta pero mi lado racional le ganó al soñador en esa ocasión. Porque siempre supe que eso de ser astronauta era cosa de los gringos, y que para el chileno la cosa no era tan sencilla.
Lo más curioso de todo es esto: el otro día me encontré con mi nana de infancia. Fue ella la que me reconoció, a pesar de la barba, porque fue mi nana cuando tenía 3 o 4 años. Me dijo que cuando chico me quedaba mirando las cosas por mucho rato, y que ella pensaba que yo iba a ser filósofo...
lunes, 9 de junio de 2008
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2 comentarios:
Las nanas son sabias y brujas.
Imposible negarlo.
"Un pequeño niño, sentado en solitario y en silencio, imaginando su propio universo de estrellas, contando cada punta de cada estrella...Habían estrellas de dos, de tres y de cinco puntas..."
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