viernes, 19 de diciembre de 2008

La Borrachera

La poesía tiene que andar derechita
y no estarse enredando como suele
en fanfarrias, chimuchinas y menjunjes,
tiene que ir de frente y no de lado,
y escribirse con la sangre que sale fresquita de la ahorta
sin pasar por la cabeza,
que todo lo enfría, lo tuerce y maquilla.

Nada de andar caracoleando la palabra por ahí
ni escondiéndola para que parezca sabia,
porque la poesía es un vómito existencial,
y habla de la muerte que acogota,
de la vida que acertija,
y del amor que revuelve las tripas.

La poesía es vida que se muestra
como siempre ésta ha sido:
azarosa, espontánea, intrigante, ridícula.
Es discurso de borracho,
borracho que anda uno
de tanto estar metido en su piel.

viernes, 31 de octubre de 2008

Jerusalén, Atenas y Roma

Occidente tiene tres fuentes. Tres almas que juegan dentro de cada individuo, dentro de cada sociedad. Estas tres almas corresponden a diferentes maneras de ver el mundo y la razón de ser del hombre en él, y nacen en tres ciudades y en momentos distintos: Jerusalén, Atenas y Roma.

A Jerusalén le debemos el sentido de la trascendencia. La vida no es más que una preparación para la eternidad, y de tus obras en ella, dependerá tu destino en el más allá. Surge así una ley de Dios, expresada en los diez mandamientos, que debe ser cumplida para obtener una recompensa después de la muerte. La visión de la vida según Jerusalén, es la de una con el temor a Dios y a su ley, una vida para alejarse del pecado, y llegar a ser felices después de la muerte.

En Grecia no había libro sagrado ni casta sacerdotal. Los dioses eran muchos, pecadores, e iban y venían según su popularidad en las distintas ciudades. Por lo mismo, en Atenas la gente tenía libertad de cuestionarse las cosas, de hacerse las grandes preguntas sobre el mundo, porque las respuestas no estaban dadas de antemano en ningún libro sagrado. A Atenas le debemos por lo tanto, la visión de la vida como búsqueda de la verdad, una búsqueda que es un fin en sí mismo. Es así como nace la filosofía, pero también la ciencia que busca la verdad en lo empírico. Pero también se busca la verdad en Atenas a través de la belleza. Así nace la escultura como imitación de lo bello del cuerpo, y el teatro que evoca los sentimientos verdaderos. Así, de Atenas hemos heredado la visión de la vida como aquel lugar donde hemos de buscar lo bello y lo verdadero.

Por último, el alma práctica de occidente nace en Roma. Nada de trascendencia ni búsqueda de la belleza por sí misma. Lo que necesita el hombre es civilización. Agua fresca de los acueductos, vías por las que desplazarse rápidamente y fomentar el comercio, villas con muchos esclavos para hacer la vida más fácil. En última instancia, el hombre necesita un Estado fuerte y poderoso, que lo defienda de los ataques del exterior y le permita alcanzar su prosperidad. ¿Religión? Sí, pero la religión del Estado, aquello que nos hace más civilizados y mejores. ¿Arte? Sí, pero como una forma de dar a entender lo magnífico del emperador y de nuestros dioses, lo grande de nustra civilización frente a la barbarie. Por eso en Roma nacen los Estados como los conocemos. El Estado aegura paz y seguridad, lo que asegura comercio y dinero, y en última instancia prosperidad y felicidad.

La historia de occidente, se perfila así como la historia de estas tres almas. Nunca alcanzan el equilibrio, siempre hay una que se toma el poder y opaca a las otras, o se aseguran de gobernar juntas dejando a la tercera relegada. Eso sí, inexorablemente, el alma de occidente que es relegada, volverá cíclicamente a tomar su lugar.

El juego comienza luego de la caída del imperio Romano, de la caída de Roma. Los bárbaros asolan Europa, el comercio muere, los caminos son abandonados. Ya no hay seguridad para buscar la prosperidad, ya no hay tranquilidad para buscar la verdad y la belleza. Todo se desmorona y sólo se puede sobrevivir, confiando en la divinidad y la trascendencia, pues este mundo es frágil, pero el de más allá es eterno. Es por eso que la caída de Roma propicia el surgimiento de Jerusalén. Nacen los monasterios, lugares para olvidarse de este mundo prescindible y focalizarse en lo eterno. La iglesia pasa así a ser suma autoridad, menifestación única de Dios en la tierra. La sabiduría se va a vivir a los monsterios, algo del alma de Atenas que sobrevive allí, aunque siempre bajo las órdenes de Jerusalén. Hay en esta época algunos intentos de revivir a Roma aliada con Jerusalén (hay uno que se llama Sacro Imperio Romano Germánico, queda clara la alianza) pero en definitiva será el alma de la ley de Dios la dueña y señora de esa época.

La baja edad media marca un cambio. Los venecianos, florentinos, genoveses, acuden al renacimiento del comercio. Surge la burguesía, que es manifestación de Roma y su prosperidad. El dinero y el lujo van relegando a Jerusalén, parece que Roma va a triunfar pero... es Atenas lo que renace. Por lo mismo se llama a esta época el renacimiento. La verdad, la belleza, eso buscan Miguel Ángel y Leonardo. La belleza se busca en sí misma , aunque se esculpa al rey David y se pinte la última cena, eso sólo son motivos. Se busca la verdad por sí misma. Galileo, por su parte fragua la rebelión. Es el poder de Atenas le dice a Jerusalén: No! es la tierra la que se mueve alrededor del sol. La verdad está sobre la trascendencia. Es el primer triunfo sobre Jerusalén, que además se divide y desmorona con la reforma.

Pero Roma también quiere le suyo. Se alía con lo que queda de Jerusalén (aunque ésta ya no será la misma, es ahora sólo la comparsa)y nacen los Absolutismos. Dios le ha dado el poder al rey, y él gobierna sobre sus súbditos. Roma renace con fuerza y la divinidad solo apoya el poder de los reyes. El verdadero rey es el rey Sol en Versailles, aunque se rodee de cruces. El estado y la riqueza, para honrar a Dios. He ahí el sentido de todo.

En Francia, sin embargo, se gesta una nueva revolución, que nos acompañará hasta nuestros días. Libertad, Igualdad, Fraternidad: Atenas! Atenas! Atenas! ¡muerte a Jerusalén y Roma! que nazca el hombre libre del ágora. La ilusión, sin embargo es sólo momentánea. Sin Roma Atenas no sobrevive, y a la revolución sobreviene el Imperio de Napoleón. Es Roma la que regresa y no Atenas, aunque su alianza ya no es con Jerusalén como en los absolutismos, la alianza es con la Atenas de la verdad y la belleza, con la Atenas de la ciencia.

El siglo XX no es más que manifestación de aquello. Atenas trabaja para Roma, la ciencia para la tecnología, el dinero y la prosperidad. Jersusalén que va cayendo en el olvido y solo se piensa en dinero y felicidad terrenal. El Estado que nos asegura prosperidad, y la ciencia que va detrás mejorándonos la vida. La utopía de la felicidad absoluta sin requerir a Jerusalén se toma el mundo. Stalin y Hitler. Capitalismo y Marxismo, no son más que una misma Roma.

Pero las almas de occidente se turnan el poder. Y ya se vislumbra que la útopia Romana se cae a pedazos. Atenas se siente oprimida y vejada. La búsqueda de la verdad se transformó en ciencia, luego en tecnología y finalmente en búsqueda del confort. Comodidad fría de incipiente de edificos de cristal y aires acondicionados. El golpe es pragmático, la supremacía de Roma puede destruír al mundo. Atenas ya no quiere más ser utilizada por ese dictador, ¡la belleza la belleza! ¡la verdad, la verdad! es el grito de Atenas que quiere desgarrar a Roma. Por su parte Jerusalén que yace olvidada, que parece estar solo esperando una nueva caída de Roma, como en la edad media, para volver a ser poderosa.

martes, 28 de octubre de 2008

¿Qué es la Ética? Parte 1

Advertencia previa: Hay una visión de la filosofía que se manifiesta cada vez que le digo a alguien lo que estudio. Dicha visión podemos resumirla en pocas afirmaciones: La filosofía no sirve para nada. La filosofía es oscura y enredada. La filosofía es para gente que anda pensando cosas alejadas de la realidad.
Para rebatir esas afirmaciones, estoy escribiendo lecciones de filosofía amenas, sencillas, pero no por eso no relevantes o profundas. Acá va la primera lección:

¿Qué es la ética?

Si hiciésemos una encuesta en el Paseo Ahumada preguntando, no una definición, pero al menos ciertos conceptos relacionados con ésta palabra, de seguro se diría moral, bien y mal, deber. Quizás algún informado podría decirnos felicidad y paremos de contar.
Lo que haremos a continuación será una pequeña navegación a través de las palabras. De un significado iremos pasando al otro y, sin quererlo llegaremos a puerto y veremos si la gente del Paseo Ahumada está o no en lo correcto. Las palabras son más mágicas de lo que pensamos, nosotros las utilizamos livianamente, sin saber lo que ellas ocultan y lo que son capaces de mostrarnos si les ponemos un poco de atención. Pero esto último, el lector lo irá descubriendo en la navegación misma, por lo que no es necesario ahondar más en el punto.
La primera palabra de nuestro viaje, nuestro Puerto de Palos es justamente ética. ¿Cuál es su origen? La palabra ética es la forma española de una antigua palabra griega: éthôs. Si yo hiciera un viaje a Grecia hoy, y le preguntara a cualquier persona lo que esto significa, me diría carácter, o algo similar. Y bien, lo que debemos saber entonces es qué es el carácter y el sentido común nos dará esa llave. Si preguntáramos nuevamente en el paseo Ahumada qué significa carácter. Creo que la respuesta más común sería forma de ser. Debemos poner atención a esta última expresión. ¿Qué significa que alguien tenga una forma de ser? Bueno, nos dice en realidad dos cosas: primero, que una persona es, segundo que es de una determinada manera. Seguramente a alguno de los lectores esto le parecerá extraño, pues resulta que la primera observación que hemos hecho, pareciera ser demasiado elemental para siquiera mencionarse. El hecho de que algo sea, es demasiado obvio y básico para ser tomado en cuenta. Por ahora simplemente daremos por correcto la primera afirmación que se ha hecho respecto a la forma de ser, pero que quede claro que esta especie de cristal transparente que es justamente el que las cosas sean, debe ser analizado en profundidad en otra ocasión, puesto que es un aspecto central de la filosofía. Vamos entonces simplemente a dejar sentado el primer punto y nos avocaremos de lleno al segundo.
¿Qué significa que alguien sea de una determinada forma? Veámoslo más claramente mediante ejemplos: ¿Qué formas de ser conocemos? Pues bien, alguna gente es alegre, otros son tristes, los hay tolerantes e intolerantes, pesados o simpáticos, sensibles o insensibles, pacientes e impacientes, etc. Lo primero de lo que nos damos cuenta, es que al parecer, las formas de ser se presentan como binomios, vale decir en parejas opuestas. Ése es un tema relevante pero no por ahora, lo que quiero que pensemos es qué hace a alguien ser pesado, o simpático o cualquier otra forma de ser. Vale decir, ¿en virtud de qué cosa podemos afirmar que alguien cae en una calificación determinada? ¿Por qué decimos que Juan es pesado? ¿Que Pedro es tímido? ¿Que Alberto es intolerante? Luego de pensarlo un poco, nos daremos cuenta de que podemos decir estas cosas en virtud de actos que esas personas realizan. Tomemos aquí a las palabras también como actos (son actos del habla), y nos damos cuanta que sólo mediante actos sabemos algo de las personas que nos rodean. No tenemos idea (salvo gente con poderes especiales si es que los hay) de lo que las personas piensan, sólo podemos percibir lo que se hace. Así, una persona tendrá una forma de ser, en virtud de ciertos actos asociados a esa forma de ser.
Ahora bien ¿acaso todos los actos que una persona realiza le otorgarán una forma de ser? O más bien, ¿debemos distinguir entre ciertos actos que lo hacen y otros que no? La respuesta debe necesariamente ser la segunda, y el asunto quedará aclarado mediante el siguiente ejemplo: Supongamos que hay una persona que es hombre de familia, que tiene una muy buena relación con esposa e hijos, que es apreciado por gran cantidad de amigos, vecinos e incluso por su suegra. Un día su auto se echa a perder, lo que lo hace llegar tarde al trabajo, al llegar su jefe lo despide, mientras vuelve a su casa un auto le salpica barro y mancha su ropa, luego un perro lo muerde y finalmente llega a su casa y le responde de muy mala manera a su señora al saludarlo. En el ejemplo que hemos graficado ¿podríamos decir que esa persona, en virtud del acto de contestar mal, es impaciente o intolerante? Todos contestaríamos negativamente. Ahora bien, la pregunta es ¿por qué? Quizás porque las circunstancias que le rodean, de alguna manera lo “justifican” para reaccionar de esa manera. Creo, sin embargo que las circunstancias no son el asunto central. Porque si hubiese alguien que fuera en extremo violento, pero estuviera constantemente en relación con la violencia por ejemplo, al interior de su familia, esto no obstaría a que le llamásemos violento de igual manera. En consecuencia lo que hace la diferencia entre los actos, para que algunos de ellos “atribuyan” formas de ser, o sean capaces de poner letreros en la espalda de las personas es el hecho de repetirse en el tiempo o no.
Los actos que repetimos constantemente en nuestras vidas, han sido llamados hábitos. Y podemos decir que existen dos tipos de hábitos: los hábitos buenos y los hábitos malos. En filosofía y en la vida cotidiana también se le conocen como vicios y virtudes. Un hábito es, como decíamos, una acción que una persona realiza de manera constante y repetitiva en el tiempo, tales actos son los que le atribuyen formas de ser, o que modelan lo que llamamos carácter. Así, si yo tengo el hábito de tratar bien a la gente, se podrá decir que mi carácter es amable, y si por el contrario yo no trato bien a la gente, el ser grosero puede ser parte de mi carácter.
El hecho de que yo tenga un carácter específico, determina mi accionar, aunque no de forma absoluta. Esto es así porque como todos sabemos, quien tiene un hábito se encuentra más inclinado a persistir en él que a abandonarlo. Así, si yo no como mariscos, lo más probable es que siga sin comer mariscos, y esto se da principalmente porque tengo una costumbre. Ahora bien, alguien podría argumentar que lo que ocurre en ese ejemplo no es que yo no coma mariscos porque no estoy acostumbrado a hacerlo, sino que derechamente los mariscos no me gustan. Tal argumento es interesante, puesto que nos pone a pensar qué es lo que hace que algo me guste o no, y esa pregunta, es medular en la ética.
Pero antes de responderla podemos cambiar el ejemplo de los mariscos, para aclarar un poco las cosas: Supongamos que yo he crecido en una familia violenta y mal constituida. Eso me va a inclinar definitivamente a ser una persona violenta y poco virtuosa. Pero ¿ocurre acaso que yo no tengo alternativa alguna? Si así fuese, los delincuentes no serían jamás culpables –como por lo demás planteaba una corriente de pensamiento a principios del siglo XX- la sociedad, por lo tanto, no podría meter presa a la gente que actúa mal porque ellos no son de forma alguna los culpables, si no sus circunstancias. Pensemos también en conductas morales: nadie se encontraría en el derecho de reprocharle a otro su conducta, ni siquiera un cura o tu abuela, puesto que no tenemos libertad de elegir lo que hacemos, sino que somos siempre arrastrados por las circunstancias.
En esa postura consiste el “determinismo”. Personalmente creo, que por las razones expresadas anteriormente y otras que no vale la pena mencionar, la postura determinista es extremista y poco adecuada, porque niega la libertad. Que es un elemento central de la ética. Sobre ese concepto y lo que podamos decir de él, seguiremos hablando en la siguiente lección

viernes, 24 de octubre de 2008

Mujer Barbuda


Acá otra muestra del humor gráfico que yo invento y mi polola diseña. Más en www.delsombrerodelmago.blogspot.com

martes, 21 de octubre de 2008

La vida según Da Vinci

La vida es un horizonte abierto. Sobretodo cuando se es joven y no hay que preocuparse de cuidar hijos ni atender responsabilidades mayores, y considerando también que lo que queda por delante es (en teoría) mucho más que lo que se ha avanzado. Pero el problema de los horizontes abiertos es que si se usan, se cierran. Así, de nada sirve contemplar las infinitas posibilidades existentes si no se elige una. La elección, implica sobretodo una renuncia a aquello que no se eligió. El problema es entonces que para utilizar el horizonte abierto, necesariamente debe irse cerrando el mismo.
Para algunas personas ésta problemática no es tal. Son los estúpidos y los arrebatados por la pasión. Los primeros, porque ni siquiera se dan cuenta de las opciones que se les van cerrando, se dejan llevar apaciblemente por lo que les deparen las circunstancias sin notar que lo que ya se eligió se hace perpetuo y definitivo (porque el volver a rehacer algo implica que ese algo ya se hizo antes, y esto es perpetuo). Es la dicha del estúpido que no se da cuenta que el tiempo va jalando con cada segundo el deadline. Debo reconocer que a veces envidio a los estúpidos, justamente por esa dicha que tienen de no darse cuenta de lo que están haciendo. Esa envidia se termina sin embargo, cuando pienso en un estúpido en su lecho de muerte, mirando retrospectivamente su inútil y poco aprovechada vida.
Las otras personas a quienes no les importa cerrar su horizonte, son los arrebatados por la pasión. Ellos están tan focalizados en realizar aquello que les apasiona, que no les importa ir cerrando sus posibilidades, porque están convencidos de estar eligiendo la mejor de ellas. Reconozco una tremenda envidia por este tipo de personas, por el futbolista promesa, el que quiere ser cantante, o tener mucho dinero, o tocar el violín con maestría y en fin, por todos aquellos alienados del dilema propuesto, por una pasión que les arrebata. Creo sin embargo, que jamás llegaré a ser una de estas personas, simplemente porque no he encontrado tal pasión alienante y he llegado a pensar que simplemente no existe alguna para mí.
Ante el problema que se ha planteado, las garras de Sartre se afilan y regocijan al ver que tienen una nueva víctima. En mi caso, éstas vinieron en hace mucho en su versión latinoamericana “Rayuela”, pero el efecto es el mismo. Se ve como única solución posible la contemplación de lo inevitable, el recogimiento del alma que se resiste a utilizar su horizonte, aunque bien sabe que aquello de nada le sirve y sólo le angustia más. La inacción pasa entonces a ser bandera de lucha, y lo único importante es a fin de cuentas, tener conciencia de cada segundo que se pierde en el olvido y nos acerca a la muerte.
Poco a poco, he ido saliendo de ese círculo agobiante. El paradigma que hoy me llama, es el de Da Vinci. Lo quiero todo, odio el discurso de que la especificidad es lo más importante hoy en día. Yo simplemente quiero ser un salpicón, uno que poco apriete porque todo lo abarque. Quiero ser deportista, quiero ser intelectual, quiero ver “rojo” y “la belleza del pensar”, leer a Platón, a John Grisham, a Dan Brown, a Kafka, a Dotsoievsky, a Parra, incluso a Paulo Cohelo. Quiero aprender a amar la música clásica sin dejar de lado el hip-hop, el rock de los ‘90 y el reggeton, quiero tener sentido social y consumirme a veces en mi egoísmo, quiero amar el futbol y el rugby, ver ESPN y Fox Sports por tardes enteras. En otras ocasiones ver Discovery, History Channel o National Geographic, quiero ser un abogado exitoso con buen auto, quiero ser filósofo sin auto, trabajar en París de barrendero, conocer China, ir a un Resort todo incluido en Cancún, correr desnudo por una calle de Nueva York, rezar en la India. Quiero ver todas las películas de Kubric y alegrarme sin culpa por el final feliz de una comedia romántica. Quiero ser feliz y desdichado, tener un perro, aprender a apreciar a los gatos, hacer surf, jugar póker, ser bombero, lanzarme en paracaídas, recogerme a leer y escribir por años. Lo quiero todo, quiero ser Leonardo.

lunes, 20 de octubre de 2008

Ensayo sobre la ceguera

Se viene el estreno de "La ceguera" del buen director Brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios es una de mis películas favoritas) A propósito de ello voy a hablar del libro en el que se basa: "Ensayo sobre la ceguera" del portugués y nóbel de literatura 1998 José Saramago.
La novela la leí hace 3 o 4 años, pero no importa que haya pasado tanto tiempo porque los buenos libros no se olvidan y éste es de los buenos. La premisa del libro es muy simple: Una enfermedad terrible deja a la gente de un país ciega, y esa enfermedad se propaga como una epidemia tan rápida como un resfrío cualquiera.
En base a aquello, el libro se desarrolla entonces como un "que pasaría si..." la gente va quedando ciega y los internan para evitar la propagación de la enfermedad, y de ahí en más todo es supervivencia. Los personajes son sencillamente superados por una trama que los envuelve y zamarrea, son pequeños botes a remos en medio de la tempestad, hombres que deben adaptarse a perder aquello que antes se tenía sin siquiera saberlo.
El mérito del libro está -para mí- justamente en esa relación entre personajes y sucesos. A fin de cuentas "Ensayo..." nos enseña un mundo diametralmente opuesto a la maquinita sicológica y dominadora de Dostoievski. El hombre no es hacedor de su destino ni superhombre ni ser que decide racionalmente. El hombre es uno más de los sucesos, y su animalidad (tan vilipendiada por los afanes de la razón) no ha decaído ni ha retrocedido un centímetro desde los cro-magnon. El libro nos muestra que a fin de cuentas seguimos siendo más animales de lo que pensamos, buscando cómo sobrevivir y respondiéndo a nustros estímulos básicos: el hambre y el sexo, la protección de los cercanos y el impulso de vivir a toda costa.
Esperemos que la película le haga el peso a esta fascinante novela.

Blaise Pascal (1623-1662)

Pocas mentes han sido tan privilegiadas por la naturaleza como la de Blaise Pascal, y pocas veces el reconocimiento a un genio de su talla ha sido tan exiguo.
La vida de Pascal es una chispa de genialidad. Por una parte, su cuerpo lo hizo sufrir cada día desde los 18 años hasta el día mismo de su muerte, por culpa de una gangrena intestinal (¿Habrá algún patrón o relación entre cuerpos sufrientes y mentes brillantes? Nietszche y Dostoievski son dos ejemplos más). Pero su mente no conocía límite alguno.
Cuando era pequeño -su padre que era aristócrata e interesado por la ciencia- creó un plan de estudios para el pequeño Blaise, reservando las matemáticas para cuando cumpliera 15 años. Pero el pequeño Blaise no aguantó y fue encontrado de 12 años trazando triángulos en el piso de la cocina, y descubriendo por sí solo los teoremas de euclides. Ahí comenzó su pasión por la matemática, que lo llevaría a escribir a los 16 un famoso tratado de las secciones cónicas (no sé lo que será eso pero suena dificil) Luego, a los 17 o 18 se le atribuye a Pascal, la creación de la primera máquina de calcular, aparato que era capaz de desarrollar las cuatro operaciones básicas y se considera el primer antecedente de la computación actual. Luego se avocoó a la física, y desarrolló las leyes de la presión del aire que se utilizan hasta ahora (la medida de presión del aire es actualmente el Pascal). También desarrolla una de las primeras teorías de la probabilidad, que se ponría muy en boga en la filosofía de la ciencia de fines del siglo XX.
Pero la ciencia no contentaba a Blaise Pascal. Sentía que el saber científico era progreso carente de alma. Era necesario dirigirse a la filosofía, y buscar respuestas en una vida de incertidumbres. Comienza así la etapa intelectual de Pascal.
Por fin, un día, Pascal tiene una revelación divina, regala sus bienes, vive de errante y en conventos y escribe sus pensamientos. y cartas provinciales (consideradas la obra precursora de toda la prosa francesa que se alejaba lentamente del latín) Muere en 1662 aquejado de los dolores que lo perturbaron toda una vida.

A continuación presento fragmentos que hablan de la genialidad de Pascal, a quien he querido hacer este humilde homenaje. Su obra filosófica es desordenada y fragmentaria, puro impulso, pura chispa de genialidad. Las siguientes frases fueron elegidas por mí (nada de buscar citas chantamente) de Pensamientos. Cada letra rebosa en genialdad, juzgue usted mismo:

  • Mofarse de la filosofía es verdaderamente filosofar (nota: díganselo a Wittgestein)
  • Pensamiento escapado, yo quisiera escribirlo. Escribo en lugar de ello que se me ha escapado
  • Y si los médicos no tuvierasn sotanas y mulas, y los doctores bonetes cuadrados y togas demasiado amplias de cuatro partes, nunca hubieran engañado al mundo.
  • El tiempo cura los dolores y las querellas, porque se cambia, no se es la misma persona. Ni el ofensor ni el ofendido son los mismos (nota: Ya lo decía Heráclito y su río)
  • Cada uno es todo para si mismo, porque muerto él, todo ha muerto para él. Y de ahí viene que cada uno crea ser todo de todos.
  • Lo que me sorprende más es ver que nadie se sorprenda de su debilidad. Se obra seriamente , y cada uno sigue su condición, no porque sea bueno, en efecto, el seguirla, sino porque es moda; pero como si cada uno supiera ciertamente dónde está la razón y la justicia.
  • Feliz quien puede, de nada admirarse.
  • Diversión: No habiendo podido los hombres remediar la muerte, la miseria, la ignorancia, han imaginado, para volverse dichosos, no pensar en ello.
  • Corremos descuidados hacia el precipicio, después que hemos puesto delante de nosotros alguna cosa para impedirnos verlo.

jueves, 9 de octubre de 2008

La juventud de estos días...



Entrega 2... tiembla Montt

viernes, 3 de octubre de 2008

Primer Cómic del equipo

Atención a todos porque pueden estar asistiendo a un momento histórico. Hace dos meses conocí el blog de Alberto Montt, que figura a la derecha de su pantalla. Gracias a eso descubrí que yo también podía idear humor gráfico, aunque no dibujarlo tan bien. Pero por suerte mi polola la Maca le pega a lo del dibujo. Así que con mis geniales ideas, y sus geniales dibujos, damos inicio a nuestra carrera en el humor gráfico. Hay muchos chistes en carpeta y todos se irán publicando, así que cuendo seamos famosos, podrán decir: yo vi el primer chiste.

Saludos

jueves, 2 de octubre de 2008

Me mando a cambiar

Me mando a cambiar de la ciudad
no soporto más la gente de prisa
obligaciones enfermizas,
autos, edificios alcantarillas.
No quiero más suspender la vida
para más adelante,
cuando pase esta tarea
o esta otra entretención.
No quiero ser uno más,
no quiero ser nadie más
que yo mismo.
No más circos de dinero circulando
ni luces de neón,
no más de hacer lo que parece que hay que hacer,
no mas medios de incomunicación
ni soledades de multitud.
Nunca más el tedio de ver una y otra vez
la gota cayendo en la gotera.
¡Vámonos al olvido, a la vida vivida, a la muerte si se cruza!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

martes, 19 de agosto de 2008

Apología de un lugar común

Quizás nadie sea capaz de remontarse lo suficiente en la historia de la larga y estrecha faja de tierra, para determinar en que momento surge desde las raíces de nuestra cultura, la frase cuya defensa pretendo en esta ocasión emprender. Se trata de la característica sentencia “así es la cosa”, surgida quizás tras la borrachera experimentada por un huaso de entre Tongoy y Los Vilos, luego de beber litros de algo entre chicha y limonada.

Tras un análisis somero de la causa a afrontar, no sería extraño que la mayoría de la gente considerase que el defender una frase como ésta, es una actitud quijotesca que se encuentra destinada de antemano a un estrepitoso fracaso. Y la verdad es que nadie podría culpar a quienes así han de pensar, porque al analizar apresuradamente al acusado, surge de inmediato la sensación de que estamos frente a un monumento al derroche del aire pulmonar y la vibración de las cuerdas vocales. Pero no debemos inquietarnos, porque de los precipitados es el mundo de la ignorancia ignorada, y sólo quienes caminan lento pueden ver el paisaje a su alrededor.

Quien mirando al horizonte afirma “así es la cosa”, está diciendo de todo menos una irrelevancia. “Así” es en este caso el adjetivo, lo que se pretende caracterizar de “la cosa”. Pero este adjetivo posee la particularidad de no ser en sí mismo una característica distintiva. Es más bien un vehículo, un índice erguido que señala una entidad fuera de sí misma, entidad que a su vez posee una característica específica que pretendemos rescatar. Pero la verdad es que cuando aplicamos la sentencia en cuestión no estamos apuntando a un algo determinado, ni mucho menos a una característica específica de aquello. Por eso podríamos decir que “así”, se dirige a la generalidad de todas las cosas. No sería impropio afirmar en consecuencia, que al referirse a la generalidad de las cosas, “así” estaría remitiendo en realidad a “todo”. ¿Pero cuál es la característica especial que se pretende rescatar en “todo”? La verdad es que la única característica que se podría destacar es a su vez la única que posee: su “todismo”. Podríamos señalar en consecuencia que “así” se esta refiriendo al “todo de todo”, que en realidad puede llamarse simplemente “todo”.

Sobre la segunda palabra de la frase, vale decir “es”, no nos detendremos mayormente. Y no porque no haya nada que decir, sino justamente por lo contrario, porque tras 2500 años de desarrollo de la filosofía aún no ha logrado la humanidad ponerse de acuerdo sobre lo que el aludido verbo “ser” en verdad significa.

Finalmente llegamos a “la cosa”. Como todo el mundo sabe la palabra “cosa” es indeterminada, vale decir se puede aplicar a cualquier ente. Pero a diferencia de “todo”, lo que caracteriza a “cosa” (y el artículo “la” que se sitúa con anterioridad no hace más que confirmar este sentido), es que se refiere a un ente en particular[i]. En consecuencia no sería errado afirmar que mediante “la cosa”, se está queriendo decir “uno”, que es la particularidad por excelencia, y refiere a un ente cualquiera pero de forma individual.

Tras el análisis recientemente expuesto podemos concluir que el verdadero sentido de la frase en custión es el siguiente:

ASÍ ES LA COSA = TODO ES UNO

El concepto en el que se ha desembocado no tiene nada de banal. Acuñado por Heráclto εν παντα (gen panta o “todo es uno” en español), implica la unión de todas las cosas en el ser, asunto no menor que desde hace mucho viene siendo discutido entre las mentes más destacadas de la historia de occidente. Hemos demostrado con esto, la enorme sabiduría de taxistas, compañeros del transporte público y otros personajes cuyos comentarios hemos a veces, por ignorancia, mirado en menos.



[i] Heidegger se refiere a esto como “diferencia ontológica entre el Ser y el ente”, aunque desde Sócrates en adelante el fenómeno ya había sido largamente estudiado.

lunes, 18 de agosto de 2008

Plagio


He aquí un chiste robado del blog de Alberto Montt http://www.dosisdiarias.com/
A mi gusto, un sucesor de Quino notable.

Ideas para mejorar Chile y el mundo

Cada cierto tiempo se me ocurren cosas que podrían ser útiles para mejorar el mundo. Inventos, leyes, políticas públicas, voladas varias. Antes que se me olviden, he decidido escribir unas cuantas, por lo menos, de las que me acuerdo por el momento.


  • Subvención de los usuarios para energía limpia: La energía limpia es cara, eso todos lo sabemos. Se calcula que en Chile el precio de un Kilowatt hecho con energía Hidroeléctrica es el doble del que se hace con eólica. Por eso se me ocurrió que la energía limpia puede ser pagada por sus propios usuarios. Así es, en vez de poner una turbina eólica en la casa, uno podría elegir entre pagar cuenta de luz normal, o cuenta de luz limpia, la cual sería más cara pero ayudaría al desarrollo de este tipo de energías. Eso no garantiza que la ampolleta de mi casa se prende con energía solar, porque toda la energía, sucia o limpia, se mezcla en el sistema interconectado central; pero por lo menos me aseguro que que el sobreprecio que pago va dirigido a financiar este tipo de fuentes de energía.
  • Pague por el humo que echa su auto: Lo primero sería eliminar los permisos de circulación. A cambio se instauraría un sistema que consiste en lo siguiente: se hace una medición de los gases que elimina un auto por cada kilómetro que avance, luego se le asigna un valor a cada kilo, o litro, o alguna medida correspondiente, de los gases expulsados. Por último, a la hora de pagar permisos de circulanción se mide: gases por kilómetro multuplicado por kilómetros avanzados en el año, igual, tal cantidad de gases, que equivalen a tanta plata. De esa forma, quien quiera irse todos los días a la pega en su hummer, hágalo, pero páguele un millón al estado por todo lo que contaminó en el año. Por supuesto que se hacen ciertas excepciones que habría que estudiar: camiones de transporte, buses, utilitarios de empresas, vehículos agrícolas, etc.
  • Acumulación de energía, no de electricidad: El problema de las energías limpias es que no son continuas, la eólica funciona solo cuando hay viento, la solar cuando hay sol, etc. En este momento existen baterías para acumular esa energía, pero no son una solución limpia: son altamente ineficientes y contaminantes. Por lo tanto, creo que sería bueno acumular la energía, no la electricidad: por ejemplo bombeando agua a una laguna en un cerro mientras hay energía solar (agua que después se usa como hidroeléctrica) Puede ser poco eficiente pero no contamina. El único problema es que leí hace poco sobre este tema, y a alguien ya se le había ocurrido comprimir aire para acumular la energía, pero los resultados no eran muy eficientes. Por lo menos lo intenté.
  • El tren que no para: esta idea no es propiamente mía, es de mi subconciente ya que soñé que esto existía. Se trata de un tren que no necesita parar para recoger o dejar pasajeros. Para ello opera de la siguiente manera: 15 kilómetros antes de llegar a la estación, se le solicita a todos los pasajeros que quieran bajarse, que se desplacen al último vagón. Luego, 5 kilómetros antes el último vagón de desprende del resto del tren, y se mete por un desvío que va a la estación. El tren sigue andando y el vagón de pasajeros llega a la estación dodne la gente se baja. Quienes quieren subir al tren, se subieron en la estación -poco antes- a otro vagón que puede andar, y corre paralelo al tren, hasta que se mete a su misma linea, lo alcanza y se engancha al tren. Los pasajeros, se mueven en el tren hasta sus asientos, que quedan más adelante, y en la estación siguiente el carro de atrás vuelve a soltarse con nuevos pasajeros.
  • Solución al prolema del precio excesivo del petróleo: El gobierno debiera terminar con el específico a los combustibles, y toda la plata que gasta en el fondo de estabilización de los combustibles debe ser bien invertida en bonos de bencina para: camiones, buses urbanos e interurbanos. El resto de los mortales, sin subvención.
  • Más parques: por cada metro cuadrado de superficie del país destinada a un Mall, el empresario debiese ser obligado a construir medio metro de parques para la ciudad. Debe considerarse como impuesto a una externalidad negativa.
  • Restaurant carretero: no se si decir esta, alguien me la va a robar. Es una lata esperar mucho rato en un restaurant cuando uno va viajando. Es una lata comer completos en la copec. La solución: Cuando uno va en San Fernando hay un cartel que dice el número del restaurant. Uno llama y pide lo que quiera. En Curicó pasa a comer y el almuerzo ya está servido. Rápidoo pero rico.
  • Hay más ideas por ahí que no me acuerdo, cuando me acuerde las publico.

martes, 5 de agosto de 2008

El mensaje

Jean-Baptiste Guellisse, psisquiatra francés, estudió en 1931 el caso de un argelino que se encontraba internado en Marsella, aquejado de una extraña enfermedad mental que no se pudo especificar con precisión. Tras la muerte del paciente en circunstancias desconocidas, el médico descubrió un manuscrito elaborado por el argelino durante su internación. Luego de estudiarlo, le pareció que poseía gran interés literario, razón por la cual lo archivó. Años después en París, conversaba con un colega inglés llamado William Arthurs, cuando éste le relató que estando en Bombay había llegado a sus manos -en circunstancias similares a lo acontecido en Marsella- un manuscrito que según lo conversado guardaba curiosa similitud con el del argelino. Intrigado, el médico francés le pidió a su colega que se lo facilitara, y tras un estudio acucioso pudo determinar que aunque en diferente lengua, ambos manuscritos eran idénticos. Excitado, Guellisse llamó por teléfono a Arthurs para contarle de su descubrimiento, pero mientras se lo comunicaba la muerte le aquejó de manera no esclarecida. Sabiendo de lo ocurrido, Arthurs partió a Marsella, aunque jamás llegaría a destino pues su avión cayó en las cercanías de Toulousse. Quien sí llegaría, aunque semanas después, sería su esposa que enterada de la naturaleza de los manuscritos acudió hasta el despacho del francés, que para su sorpresa se encontraba completamente quemado. Margaret Arthurs buscó con desesperación entre las cenizas, hasta que finalmente pudo encontrar una sola hoja que se salvó de las llamas y que a continuación se transcribe:

... anterior me he visto en la necesidad, mediante éste medio, de realizar una serie de desmentidos con el fin de terminar con dichas especulaciones y lograr que la libertad sea al fin recuperada.

El mayor impedimento para que ustedes puedan gozar de su libertad, es la creencia antaño arraigada en casi todas las culturas y principalmente en las monoteístas, de que tras la muerte vendría otra vida que ha sido definida como eterna. Aunque puedo entender las razones antropológicas de que tal superstición se haya incrustado tanto en vuestras conciencias, para acercarlos a la verdad debo plantearles la siguiente interrogante: ¿Alguno de ustedes es capaz de recordar su existencia antes de su nacimiento o incluso antes de su gestación? Dado que como esperaba, nadie es capaz de responder afirmativamente, sólo queda concluir que antes de aquello ninguno de ustedes existía. Si algo no existe y de pronto entra a la existencia, lógico sería pensar que en algún momento se salga de ella, porque lo eterno es lo que es, ha sido y será siempre, y lo corruptible comienza a existir en algún momento para dejar de existir en otro. Alguien podría argumentar a éste respecto, que sí existía antes de su propio nacimiento, pero que no tenía conciencia de aquello. Si efectivamente así fuese, sería dado pensar que tras su muerte ustedes tampoco tendrán conciencia de que siguen existiendo, con lo cual a pesar de tener una vida eterna, no tendrían la menor idea de aquello, lo cual lo hace irrelevante y lo asimila a una muerte absoluta.

Ante la evidencia de lo señalado, que afirmo con conocimiento de causa dada mi naturaleza, sólo puedo llamarlos a aprovechar el escaso tiempo que sobre la tierra les ha sido dado. Si aún así hay algunos de ustedes que siguen aferrados a sus creencias, por mi parte no hay problema, pero estén concientes de que cada segundo que pierden acumulando puntos a favor para un eventual juicio divino, es tiempo perdido que no volverá y que en definitiva está coartando su libertad, que es junto con la vida misma, su mayor regalo.

Estoy al tanto de que el conocimiento de los asuntos aquí tratados, provocará en más de alguno de ustedes cierto sentimiento de desdicha y desilusión. Sinceramente les pido perdón por provocar tales emociones, pero es menester que de una vez por todas sepan la verdad, para que comiencen a vivir conforme a lo que realmente les corresponde hacer. ¿Y que nos corresponde hacer? Preguntarán ustedes como ovejas perdidas que no encuentran a su pastor. Y justamente de eso se trata. Al darse cuenta de que el pastor no es tal, las ovejas quedan en posesión de su albedrío, y pueden hacer lo que mejor les parezca. Ese es el llamado: ¡disfrutad! porque el banquete se va a acabar, y aquellos de ustedes que no alcancen a comer no tendrán una segunda oportunidad.

Sé sin embargo, que a pesar de que alguno siguiera al pie de la letra mi llamado, subyacería un extraño sentimiento, como si el regalo de su libertad fuera realmente una maldición, porque se dan cuenta de que sin importar lo que hagan, jamás la estarán utilizando como debieran. No se qué puedo decirles para que puedan sobrellevar esta sensación. Porque esa nube oscura y ese frío estremecedor, también yo lo siento, recuerden que después de todo que los he hecho a imagen y semejanza mía…”

lunes, 7 de julio de 2008

martes, 24 de junio de 2008

Esto que me gusta

He tomado una desición radical. Me gusta la filosofía, no hay nada que hacerle, y lo peor es que me creo bueno para ella. Así, voy a hablar de filosofía sin contemplaciones, aunque los potenciales lectores se vayan alejando. Pero antes de eso... lean un poco lo que escribo. Mi visión de la filosofía es la de algo volcado al misterio de la vida... que interroga ahí donde otros simplemente dan vuelta la cabeza. Además, creo que la filosofía es algo tremendamente sencillo y accesible, no es tan complicado como algunos creen, salvo que quienes la escriben, quieran hacerla complicada. Esa no es mi idea... por eso, voy a presentar mis ideas filosóficas sin miedos. De paso alguien se entusiasma y entiende por qué me gusta esto que me gusta.
Lo primero es un ensayo que escribí para un ramo, es un poco largo quero no tanto... toma 10 minutos a lo más leerlo y da que pensar. Así que bueno, espero que lo lean, y ojalá les guste, aunque lo principal es que lo lean:


¿ES LA FILOSOFÍA ALGO MÁS QUE UNA DISCIPLINA ACADÉMICA'

Introducción

Hay preguntas que, a quienes nos dedicamos a la filosofía, nos incomodan de sobremanera, y ellas no son las que generalmente formulan los filósofos. Una de éstas es sencillamente ¿Qué es la filosofía? La otra es ¿Para qué sirve la filosofía? En lo que sigue me volcaré hacia las preguntas señaladas intentando dar, aunque sea, un pequeño atisbo de respuesta. Una vez hechas tales reflexiones, estaré en buen pie para centrarme en la pregunta que le da el título a este ensayo.

Pero antes de continuar, es necesario hacer una distinción que es fundamental para lo que sigue: diferencio “preguntas filosóficas” de “filosofía”. Respecto a las primeras, digo que no se enmarcan dentro de una disciplina o ciencia particular, sino que la trascienden y se preguntan las cosas en general. Por ejemplo la pregunta ¿cuánto es 2+2? es una pregunta propia de la matemática; pero la pregunta ¿qué es el número? es ya una pregunta filosófica porque su respuesta no puede darla un matemático en cuanto matemático[1], esto debido a que tal asunto no es ya un asunto matemático. Respecto a “filosofía” la distinguimos de “preguntas filosóficas” en que ésta es una forma –no la única- de abordar las preguntas señaladas. En ese sentido la filosofía se aparta de toda otra actividad: “La Filosofía entonces toma el carácter de una cierta disciplina de “segundo orden”, la cual, en algún sentido, puede referir a las actividades de “primer orden” de científicos, artistas, teólogos, matemáticos, historiadores, psicólogos, lingüistas y otros.” (Rosenberg, p.4)[2].

Digo también, que no sólo la filosofía es de segundo orden, sino que también las preguntas filosóficas son preguntas de segundo orden, siendo de primer orden las preguntas propias de las disciplinas particulares.

¿Qué es la filosofía?

Ésta vieja pregunta guarda un truco que la hace muy difícil de abordar. El problema radica en que la pregunta por la filosofía es aún más general que las preguntas de segundo orden. En consecuencia, al preguntarnos ¿qué es la filosofía? Necesitamos elevarnos por sobre las preguntas filosóficas, a una pregunta metafilosófica (Cf, Rosenberg, p4) la cual podríamos llamar impropiamente de tercer orden. Por lo mismo, se hace difícil encontrar una respuesta adecuada a la pregunta, por la sencilla razón de que para dar cuenta de ella, debiésemos observarla desde una disciplina más general que la filosofía misma, pero en realidad no existe tal cosa. Por lo mismo señala Heidegger: “la filosofía no puede definirse con respecto a otra cosa (…) sino que la filosofía ha de determinarse o definirse desde sí misma” (Heidegger, p.31)

Esto hace difícil responder la pregunta, porque para ello debemos ya estar haciendo filosofía, y para hacer filosofía debemos haber tomado posición respecto a la pregunta. Por ello dice de forma tan críptica Heidegger que “filosofía es filosofar y nada más” (p.25). Entiendo esta frase en el sentido de que para responder la pregunta por la filosofía, debemos buscar fenomenológicamente en el acto mismo de filosofar.

Por ello la pregunta se torna ahora en ¿qué es aquello de filosofar? Ya se ha dicho algo importante con anterioridad: la filosofía es una disciplina que intenta responder preguntas de segundo orden. Pero he señalado que la filosofía no está sola en este afán, entonces ¿Qué tiene de particular la respuesta de la filosofía a las preguntas de segundo orden? ¿En que se diferencia ella de las otras formas de respuesta? Intentaré responder desde un ejemplo:

Galileo pensaba que la naturaleza estaba escrita en caracteres matemáticos (Cf. Sábato p.365) Ésta idea, de raigambre pitagórica y platónica[3] es por cierto una respuesta a una pregunta de segundo orden, a la cual ha respondido la filosofía[4]. Sin embargo, de esa respuesta particular se cuelga toda la ciencia moderna y aquello es patente sobretodo en Newton y Einstein. Por lo tanto podemos decir que la ciencia toma la respuesta pitagórico-platónica del problema como un axioma que le permite avanzar en su propia tarea. Así, no es que la ciencia no se haga preguntas de segundo orden, sino que se apresura a responderlas de forma intuitiva, y en ocasiones también, toma derechamente las respuestas que han dado los filósofos. Otro ejemplo podría ser el de la teología, que ante la pregunta ¿Cuál es el origen del mundo? Rápidamente responde, basada en la fe: “ha sido creado por Dios” y toma esta afirmación como axioma.

Así, lo que distingue propiamente el filosofar de el hacer ciencia, teología o teoría política, es que en lugar de pasar rápidamente (y a veces sin notarlo) de las preguntas de segundo orden a alguna respuesta a las mismas, la filosofía prefiere quedarse en la pregunta, observarla minuciosamente, cuestionar incluso si tenemos derecho a preguntárnosla[5], sopesarla con tranquilidad, y en fin, soñar con alguna vez llegar a un conocimiento cierto, sólido y absoluto respecto a ella.

¿Para qué sirve la filosofía?

Creo que la respuesta a esta pregunta debiese ser: “para nada, y para todo”. Pues en un sentido la filosofía, ya desde sus comienzos, se declara como el amor a la sabiduría, un bien en sí mismo, un conocimiento que sólo se busca por buscarlo, y una respuesta a aquello de Aristóteles: “Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber”(Aristóteles, p.10) .

Pero por otra parte, el conocimiento filosófico, por muy dudoso que sea, actúa como axioma de descubrimientos y teorías en la ciencia, la política, la teología, el derecho, y quizás incluso en el arte y la literatura. He de servirme aquí del concepto de paradigma en Thomas Kuhn, que si bien es aplicado por éste sólo a la ciencia, pienso que puede hacerse extensible a otras disciplinas sin desmedro del mismo, ni de la filosofía. Un paradigma es: “una red de compromisos teóricos, metodológicos, tecnológicos, cuasimetafísicos y relacionados con el sentido mismo de la ciencia[6]”. (Flores, p.2).

Lo que hace científico, o el teólogo, o el cientista político es entonces aceptar como axiomas ciertas conclusiones a las que han llegado los filósofos. Tales axiomas (junto a otros factores) vienen a formar esa “red de compromisos” de la que habla Kuhn. Buscando un ejemplo alejado de la ciencia podemos pensar en Marx. En él, se ha tomado como axioma la estructura hegeliana de las ideas, y ésta se ha aplicado a la historia. La movida es evidentemente filosófica, pero las consecuencias la trascienden sobradamente. Cómo se ve, en ocasiones quien genera axiomas filosóficos puede ser la misma persona que luego los pone en juego en ámbitos específicos.

Ahora bien ¿Cómo se articulan, ese uso instrumental, y el uso en sí mismo de la filosofía? Veamos un ejemplo: Cuando Bohr describe la estructura del átomo, está pensando en encontrar la verdad respecto al átomo. No está en su mente la energía nuclear ni la bomba atómica, él está solo buscando la verdad en sí misma. Con posterioridad, Heisenberg descubre que el modelo de Bohr permite el aprovechamiento de la energía atómica, pero eso es una consecuencia ulterior, no querida ni pensada por Bohr cuando crea su modelo.

Lo mismo ocurre con la filosofía y el uso posterior de sus conclusiones. El filósofo busca una verdad en sí y porque sí, acorde con la primera frase de la Metafísica de Aristóteles. Pero el científico, o el político o quien sea, hace un uso un axiomático de la conclusión del filósofo sacando consecuencias insospechadas de su trabajo. Esta estructura es bastante común, puesto que al tratar la filosofía de asuntos generales, sus conclusiones son aplicables a una infinidad de usos.

Conclusión

Aquella utopía socrática de llevar la filosofía a la plaza pública no me parece más que eso: una utopía. El lugar de la filosofía es el aula, porque a la mayoría las personas, les asusta o no les interesa pensar con profundidad problemas de segundo orden. Prefieren en cambio saltarse las preguntas para pasar directamente a las respuestas, en la forma de axiomas filosóficos que a veces han trascendido a la cultura[7], o en las contestaciones dadas por la religión, o por la sabiduría popular o sentido común.

Así, los problemas filosóficos no son un asunto sólo de academia, sino que todos los hombres han de convivir y relacionarse con ellos en la vida misma, que los requiere para estructurarse[8]. Sin embargo, el filosofar, y con esto quiero decir el detenerse con profundidad y sentido crítico en los problemas filosóficos, es algo que sólo acontece en la academia, a quienes toman la extraña decisión de hacer filosofía..

Ahora bien, ese trabajo de la academia busca sólo la verdad en y por sí misma, nada más y nada menos. Y las discusiones que en ese contexto se generen, en la gran mayoría de los casos no tendrán repercusión alguna en el mundo fuera de ella. Pero en algunas ocasiones, los dudosos conocimientos de los filósofos pasan a la cultura por personas que los aplican para fines originalmente insospechados. Así ocurre en el ejemplo de Hegel y el marxismo. De esa manera, lo inútil se vuelve útil y la filosofía, aunque ya no en su forma pura, abandona su hábitat natural. Allí pasa a formar parte del ciclo de los axiomas y los paradigmas que ya hemos descrito. Es por esto que a fin de cuentas, en la filosofía y en la vida misma, nadie sabe para quien trabaja.


Bibliografía

  • SÁBATO, Ernesto “Poderío e Impotencia en Einstein” en “Revista Atenea” Año 32, vol. 121, nº 360; Concepción, Chile. Junio de 1955; pag. 361 a 369.
  • HEIDEGGER, Martin “Introducción a la Filosofía”; Madrid, Cátedra 1999.
  • ROSENBERG, Jay F. “The practice of philosophy : a handbook for beginners” ; Upper Saddle River, Prentice Hall, c1996.
  • KUHN, Thomas S. “La estructura de las revoluciones científicas” ; México, Fondo de Cultura Económica, c1971.
  • ARISTÓTELES, “Metafísica” Madrid : Espasa-Calpe, c1943.
  • FLORES, LUIS, Thomas S. Kuhn: De la ciencia normal a la revolución científica.


[1] Sí podrá darla el matemático pero en cuanto “filósofo de las matemáticas”, como lo hace por ejemplo Frege.

[2] Traducción propia del original: Philosophy thus takes on the character of a sort of “second-order” discipline, one wich, in some sense, can be about the “first order” activities of scientists, artists, theologians, mathematicians, historians, psycologists, jurists, linguists and their many colleagues

[3] Ver Platón, “Timeo”.

[4] Pregunta que podríamos caracterizar como ¿De qué forma se encuentra ordenado el mundo? La cual es central en los presocráticos y refiere al concepto de argé.

[5] Esto es justamente lo que hace Kant en la “Crítica de la Razón Pura” Analizar críticamente si nuestra razón está en posición de hacerse preguntas de segundo orden.

[7] Por ejemplo, la mayoría de las personas asume la idea de Platón de que el alma está separada del cuerpo. ¿Se desarrolló la cultura a partir de esta idea? ¿O la cultura ya la pensaba antes que Platón y él solo la recogió? Creo que no hay respuesta posible.

[8] Pensemos por ejemplo en problemas éticos. Ellos, siendo de segundo orden, están presentes en todas las decisiones de la vida, pues no podemos simplemente “suspender el juicio”.

lunes, 23 de junio de 2008

Todos los Infinitos del infinito

Dicen los matemáticos que entre dos números hay infinitos números. Así, entre 1 y 2 está 1,5 ; 1,6951 ; o cualquier otro número que se me ocurra. Tan infinitos son los números de 1 a 2 como lo son de 1 hasta el 1.000.0000. Por lo tanto surge una pregunta relevante: ¿es más grande el infinito que hay entre 1 y 2 que el infinito que hay entre 1 y 1000? Según los matemáticos, efectivamente es así, pero a mí no me convence. Pues si ambos son infinitos, no puede haber uno más grande que el otro o dejarían de ser infinitos.
Pero no sólo en los números (esa cosa tan abstracta ¿existen? ¿donde?) ocurre que se multiplican los infinitos. Infinitos son también los momentos que transcurren en una hora, porque puede siempre dividir el tiempo. Infinitos son los espacios entre yo y un libro que leo, porque puedo siempre dividir el espacio. Infinitas son las sonrisas de una sonrisa y los sonidos de una canción; infinitos los dolores de un dolor, infinitas las calles de esa calle mojada, infinita la vida de mi vida.
Pero no sólo eso. Porque si el infinito es lo que se extiende en absoluto, lo que todo lo abarca y todo lo alcanza, entonces hay infinitos lugares entre yo y el libro que leo; aquí está el partenón de atenas y la superficie marciana, un paisaje de china, las manos de un niño, un pastor, los miles de relojes de suiza y las palmeras de Fiji. Y en el momento que me demoro en escribir esto están todos los momentos contenidos. Una letra "s" y ha caído el imperio romano, cuento hasta tres... y la vida de Jesús que pasa como un rayo, pestañeo y el big bang que hace nacer el universo. Todo se concentra y suma al infinito éste o aquel, no importa porque son todos infinitos. La vida se hace una, el cielo se hace tierra... ¿y Dios? ahí está, contemplando desde su infinito propio, que es quizás la suma de todos los infinitos del infinito.

jueves, 19 de junio de 2008

La poesía es aquello que dice lo inefable de la filosofía

Para entender el título partamos por la que, al parecer, es la palabra más dificil. Inefable viene del latín fanere, que explícitamente significa hablar. Lo inefable es así, lo que no puede ser dicho, lo que no puede hablerse. Por ello fanere tiene otro uso en nuestro idioma, así, cuando decimos in-fante, nos referimos a alguien que no habla. El niño es el que aún no puede hablar, por eso se define.

Entonces ¿qué es aquello que la poesía puede decir pero la filosofía no es capaz? Esas cosas, son curiosamente los misterios más profundos de la filosofía. Ante ellos el filósofo se hace niño, infantil. Puede preguntar, pero no puede decir nada al respecto, porque las palabras se le hacen cortas. El filósofo es el infante que se sorprende (¿por qué perdemos esa capacidad al ir creciendo?) pero no es capaz de responderse, porque las respuestas que busca no vienen en las palabras. Poco nos dice la palabra "dolor" del dolor mismo, poco "amor" de lo que significa amar. Poco nos dice "Dios" de Dios. Si pregunto como niño asombrado, ¿qué es el dolor? ¿qué es el amor? ¿qué es Dios? poco pueden responderme las palabras del filósofo.

Pero ¿qué hace de especial la poesía? ¿no usa acaso, ella, las mismas palabras que la filosofía? ¿Cómo es que la poesía puede decir lo que la filosofía no puede? La diferencia fundamental, entre poesía y filosofía es el uso que le dan a las palabras. Para entender esto debo introducir algunos conceptos que después se entenderán mejor.

Podemos decir que el hombre tiene dos formas de conocimiento. Una es la que está antes de las palabras, la otra es la forma de conocimiento propia de ellas. Para aprender a andar en bicicleta yo necesito la primera forma, no la segunda. No importa si he leído un extenso tratado sobre como andar en bicicleta, la primera vez que me monte en una, voy a terminar en el piso. Ese conocimiento, está fuera de las palabras, aunque ellas pueden ayudarlo a desarrollarse, a surgir, a despertar. Por otra parte, el conocimiento que aprendo en la clase de historia, es solo conocimiento de palabras, el hombre históricamente ha cometido el error de reconocer sólo este último como conocimiento.
Así, ¿por qué la palabra "dolor" dice tan poco acerca del dolor mismo? el dolor, está en la primera forma de conocimiento, no en la segunda. Puede llevarse a la segunda como cuando se ponde en un diccionario, el dolor es.... pero tal definición, no es el dolor mismo, que es conocido más propiamente cuando simplemente sentimos dolor.

Pues bien, respecto a los dos conocimientos, el uso que la filosofía y la poesía dan a las palabras es muy distinto. Por un lado la filosofía busca a llegar a las verdades por las palabras mismas, busca el sentido de las cosas en ellas. Así, no muy lejos estamos del proyecto de Sócrates de encontrar las definiciones de las cosas, y con ellas alcanzar la verdad. Por otro lado, a la poesía no le interesa la verdad en este sentido, sino en el sentido anterior a las palabras. Lo que intenta la poesía es evocar. Ahí está el dolor, lo sentimos sin palabras porque ellas no son capaces de explicarlo. La poesía toma ese sentimiento, y busca palabras que me sirvan como puente. Así, cuando leo un poema sobre el dolor, algo mágico hace que se mueva en mí, y surga el sentimiento de dolor que yo ya conozco, aunque no por la vía de las palabras.

Como opera esa magia, de hacernos ir hacia lo inefable, de hacernos retroceder a los sentimientos originarios, ajenos a la razón silogística y sus impetus de única verdad, es algo que no puedo explicar.

lunes, 9 de junio de 2008

Cosas que quería ser cuando grande

En llegandome flashbacks de la infancia recuerdo aquella pregunta de rigor de tíos poco conocidos cuando lo veían a uno a los 7 años: ¿qué quieres ser caundo grande?
La pregunta revela un poco la sociedad en la que vivimos, porque ante la tierna respuesta de alguna niñita: quiero ser mamá, las risas se multiplicaban. Y es que por SER, ha de entenderse ¿cuál va a ser tu profesión? por que claro, esa será tu carta de presentación, chapa social por excelencia y a fin de cuentas LO que eres, porque primero engranaje de la máquina y después lo que quieras ser, esa es la idea.
Pero bueno, volviendo al tema me urge comparar lo que cuando chico, yo quería ser cuando grande. Es una lástima no haberlo escrito en esa época, porque todo lo que pueda recordar es un recuerdo del recuerdo del recuerdo, que a fin de cuentas tiene que ver más conmigo en 2008 que en 1990. Pero bueno, me acuerdo que de chico yo quería ser humorista. Veía a a Alvaro Salas y pensaba: Que increible trabajo que tiene él. Contar chistes, y que la gente se ría. De hecho, todavía quiero ser humorista, pero la desidia, y la tontera suelen ganarme, y todavía no catapultoi mi carrera en el stand up comedy, pero ya será la hora.
Pasé también por lo de ser policía, y claro, tanto te meten en la cabeza las películas y series, que no es raro que uno sueñe con luchar contra los malos. Así, de paso nos adoctrinan de chiquititos para distinguir el bien del mal, y que la ley siempre es buena. Aunque aquello a los pingüinos les dura cada vez menos, porque ya a los 12 quieren tirarle piedras a los pacos. Será que en televisión las cosas ya no son tan claras como solían serlo.
También pensé en ser bombero, pero después descubrí que no era profesión sino a lo sumo, hobby. En todo caso, cada vez que paso frente a una bomba pienso, "como me gustaría ser bombero".
Pense también el clásico astronauta pero mi lado racional le ganó al soñador en esa ocasión. Porque siempre supe que eso de ser astronauta era cosa de los gringos, y que para el chileno la cosa no era tan sencilla.
Lo más curioso de todo es esto: el otro día me encontré con mi nana de infancia. Fue ella la que me reconoció, a pesar de la barba, porque fue mi nana cuando tenía 3 o 4 años. Me dijo que cuando chico me quedaba mirando las cosas por mucho rato, y que ella pensaba que yo iba a ser filósofo...

lunes, 12 de mayo de 2008

Proyectos de Blogs

Ya comentaba yo que éste no era mi único intento de blog. De hecho es el tercero más o menos serio, entre una multitud de abortados sin pena ni gloria. Descubrí por suerte que en el mundo sobran servidores, porque nadie ha borrado esos sitios a pesar de su abandono y sus telerañas. En todo caso, por si a alguien le interesa, acá van los proyectos que más alcancé a desarrollar:
El primero data de 2004 y tenía buen futuro y nombre vendedor pero la desisdia pudo más. http://estonoesunblog.spaces.live.com/
El segundo nace por ahí por julio del 2006 y muere en agosto del mismo año. Aunque tuvo un pequeñito estertor en 2007, que no es más que un articulo sacado de otro blog, el blog de la cuarta. La dirección de ese blog es http://soloasiablog.spaces.live.com
Por último, el blog de fanático del diario la cuarta nace en 2007 y muere rápidamente el mismo año, junto con el decaímiento de la calidad de los artículos de tan respetado medio. La dirección es http://lacuartaclassics.blogspot.com

De los suicidas


¿En que piensa el suicida en el segundo preciso antes de jalar el gatillo? ¿Estará simplemente poseído por un impulso tanático arrollador, que excluye cualquier posibilidad de pensamiento? ¿ O llenará su cabeza acaso, de imágenes queridas, de recuerdos de pasajeras felicidades en una vida sombría?

¿Cómo se decide un suicida? ¿Lo hace fraguando día a día sus ansias de quitarse la vida, como un vaso que poco o poco se llena de agua hasta ser rebasado? ¿O lo hace de manera impulsiva, alimentado sí por el fuego de su pesadumbre constante, pero determinándose de manera súbita, pues sabe que si lo piensa mucho no lo hace, como un clavadista en su primera vez en los riscos de Acapulco?

¿Sabe en la mañana el suicida, que por la noche estará muerto? Si es así ¿Se lava los dientes? ¿Hace su cama? ¿Toma una ducha? ¿Hojea el periódico por la mañana? ¿Y que hace durante el día señalado? ¿Se entrega por completo a su ofuscación y pesadumbrez, cerrando las cortinas de su habitación y durmiendo despierto? ¿O quizás se entregue al hedonismo desenfrenado: comida, sexo, alcohol y drogas?

¿Y que hay del impulso vital? ¿Cómo lo contrarresta? Pues es indudable que racionales somos pero también animales, y de esa naturaleza primitiva surgen a veces instintos, parientes pobres de la razón que hemos querido reprimir como el triste recuerdo de tiempos en los que andábamos por los árboles. Y el instinto de seguir viviendo es el más arrollador de todos. ¿Acaso el suicida engaña para eso a su propio cuerpo, intentando olvidar que la contracción de los músculos frontales de su dedo índice acarrearán su indefectible muerte?

¿Y que hay de lo que sigue? ¿Como se enfrenta el suicida a esa incertidumbre no saber que es lo que le espera? Porque para quien muere por causas naturales, tal incertidumbre es al menos llevada en andas por la facticidad de que simplemente no hay nada que hacer al respecto. Para el suicida sin embargo, lo que viene después del gatillo es la pura incertidumbre, y en estricto rigor hay tres opciones: una, que venga algo mejor, lo que avala su opción de suicidarse y le da la razón en su determinación. Dos, que venga algo peor, creencia que de estar presente, debiese detener la acción misma. Tres, que venga la nada misma. Creo que el suicida sólo puede creer que va a salir por la puerta número uno. La dos se descarta de plano puesto que nadie desea algo peor, y la tres me parece la más desconcertante de todas. ¿Puede uno irse a la nada? ¿Cómo sería eso posible? Por último ¿de ser de verdad creído por el suicida, como lidia con aquello? A mí no me es siquiera posible pensar en la nada, y no creo que un tipo con un revólver en su sien esté en mejor posición.

domingo, 11 de mayo de 2008

Fomingo y las crisis

Hoy fue un fomingo de aquellos. Largo lento, con sueño. Pateando las responsabilidades, debiera haber estudiado y todo eso pero no tengo ganas. Estoy un poco con ganas de nada. La crisis de la adultez parece que se llama. De cualquier forma, encuentro bastante chanta esto de las crisis de las edades. Todas las parecen tener una y, al final, el problema de todas esas crisis es el mismo, aunque ocurren en momentos distintos: se trata siempre de saber que quiere hacer uno con su vida.
Cuendo eres un niño, el problema todavía no aparece. La niñez es una especie de jardín del Edén, en donde el libre albedrío todavía no se manifiesta. Solo haces lo que se espera de tí: vas al colegio, juegas fúbol, haces tareas, etc. Hay uno que otro rebelde en esa edad, pero se rebelan CONTRA, sus padres o los siguen en todo. No hay un libre albedrío, sólo es un seguir las reglas o rebelarse contra ellas. Por lo mismo, la niñez no tiene responsabilidad, porque la responsabilidad viene sólo luego de las decisiones.
La adolescencia es en este jardín del Edén, el momento cuando decides tomar la manzana prohibida y empiezas a saborearla. No se ha aparecido todavía Dios con su reprimenda brutal. La adolescencia es, por lo mismo, el período más hedonista que existe. Vivimos por y para el placer mundano, y comenzamos recién a descubrir el poder que tiene llevar las riendas de nuestra vida. Por lo mismo, en este período exigimos cada vaz más libertad, cada vez menos reglas y control, me siento capaz de todo porque he probado el dulce néctar de la manzana, que es el sabor de la libertad.
La madurez es, por último el duro despertar después de ese período hedonista que es la adolescencia. Creo que el momento en el que empezamos a ser adultos es cuando nos damos cuenta de una inmensa verdad: Que no tenemos idea para qué es la vida. Nos adamos cuenta de que estamos arrastrados a un juego sin manual de instrucciones, hemos caído sin elección y hay que hacer algo, simplemente porque es imposible hacer nada, siempre estamos en algo.
Las crisis de los 25, 40, 50, o lo que sea años, son en realidad períodos de lucidez frente a esta realidad. Entremedio de responsabilidades y diversiones, nos damos cuenta a veces que no tenemos idea de que se trata todo esto. Entonces se busca el sentido con movimientos falsos, giros de timón que muchas veces no son afortunados: libros de autoayuda, religiones extrañas, viajes a la india, renuncia a buenos trabajos. A veces esos cambios funcionan, muchas veces no, y volvemos a sumergirnos en las eternas rutinas...hasta la próxima crisis

miércoles, 7 de mayo de 2008

Archivo recuperado

Hace años tenía un computador en el que escribía muchas cosas. La inminencia de que el computador estaba en fase terminal, me llevo a buscarle una salvación a las cosas que escribía. Así, hice un archivi zip y lo subí a mi mail. Tiempo después intenté abrirlo, pero siempre me salía un error cuando sólo iba por la mitad del archivo. Por suerte hoy logré bajar el archivo, que contiene cosas que vengo escribiendo desde 2002. La mayoría me dan vergüenza, otras están incompletas o sólo necesitan algunas correcciones. Entre lo relativamente salvable encontre un poema. De la época en la que escribía esas cosas. Bueno, sin más preámbulos inútiles, acá va:

Definiciones

He intentado definirte,

pero como es lógico no le he logrado.

Es que las palabras se hacen filosas,

y te descuartizan al nombrarte,

te toman como partes de un todo

cuando en realidad los todos no tienen partes.

Pero aún así, sigo con la tarea infructuosa,

y ya he citado flores de todo tipo,

y estrellas y lunas y soles y galaxias

y pensamientos y sentimientos,.

pero siempre termino borrando, y mi codo

está inmundo de palabras en ruinas que

fracasan con tan solo ser pensadas.

Y soy una mosca rebotando contra el vidrio,

porque sigo alargando el catálogo

a pesar de que sé que mis palabras nunca lograrán tocarte.

Porque el día en que el poeta defina a su musa,

ese día todo habrá terminado,

that´s it, trabajo completo:

“Señores de la humanidad, se han jubilado”

dirá Dios en discurso solemne,

y todos aplaudiremos a rabiar y nos dirigiremos

a nuestros nuevos, amplios y cómodos aposentos

a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.

lunes, 28 de abril de 2008

Futuros

He tenido problemas ultimamente con el futuro, pues reina una improvisación total a todo nivel. Ejemplos:
Hoy en la tarde: Quizás vaya a buscar un regalo que tengo que ir a buscar o vea a mi polola, o estudie, o siga perdiendo el tiempo como en este día perdido.
Mañana: No se si ir a clases o no, no se si estudiar o mejor hacerme el weón.
Fin de semana: Pensaba ir a Curicó, pero ya no estoy seguro.
Este mes: No hay planes todavía, voy a estar de cumpleaños y no sé si celebrarme o no.
Vacaciones de invierno: Ni idea
El verano: Idem
Próximo año: estoy entre, trabajar de abogado, hacer la tesis de derecho, hacer la tesis de filosofía, hacer la practica de derecho, irme a australia o algún otro pais.
Años después: No he logrado decidir si quiero trabajar de abogado, buscar una beca para estudiar derecho, o filosofía, o filosofía del derecho, no hacer nada de eso, sino irme a otro país a trabajar, juntar plata y comprar un bar en Brasil, irme al sur a colonizar, hacerme político.

He pensado en alternativas de solución. Una sería olvidarme de los futuros lejanos y concentrarme en los cercanos, y en ellos decidir con cara y sello. Si el destino existe entonces la moneda será mágicamente guiada. El problema es que hay cosas que necesitan tiempo, por ejemplo, postular a una beca en Europa. Entonces se hace medio dificil confiar en la monedita porque solo decide respecto a lo inmediato.
Pensé también en ir a una bruja o adivina, y que me diga lo que tengo que hacer, pero no sé si realmente me va a decir algo importante o cháchare new age indeterminada, para que me sienta identificado.

Bueno, es todo, me voy a.... bueno, no se, ahi veo

martes, 1 de abril de 2008

Ciegos

Experiencias que he tenido con ciegos en el último tiempo:

Caminé desde la micro al metro con un ciego la otra vez. Tuve que decirle donde había un poste y cuando comenzaba la escalera. Él era joven, agil y resuelto. Habló poco. Lo dejé en una cola de las boleterías del metro; me dí media vuelta y seguí, el me dijo gracias con un tono desganado, como asumiendo que haberlo ayudado era una responsabilidad, como detenerse en la luz roja. Quizás tenía razón.

Verano, micro por vespucio hacia el norte, taco absoluto. Un viejo ciego, de unos 80 años intenta subirse con un carro con escobas de paja y palo. Dos hombres lo ayudan: uno se encarga de él y el otro de las escobas. Yo solamente observo mientras él sube y se sienta ayudado por uno de los hombres, el otro sostiene las escobas. El viejo empieza a conversar con su compañero de asiento:
- Hace calor -exclama el viejo
- Si -responde el otro
- Hay que irse a la costa, allí está más fresco
- Pero se necesita plata
- Es cierto -declara el viejo- nada se hace sin plata
Luego de algunos minutos el ciego le dice a su compañero de asiento que le avise cuando lleguen a Candelaria Goyenechea, porque él se baja allí. Cuando le avisan, el viejo intenta bajarse, yo lo ayudo en esa tarea y me bajo también, otro hombre hace lo propio con las escobas. Luego el viejo toma su carrito y comienza a arrastrarlo por la calle. En el acto me dice: déjeme aquí no más. Acá trabajo siempre yo. Le digo que bueno, mientras observo sus ojos completamente blancos, y me alejo. Dos horas después vuelvo a pasar por esa esquina. Allí estaba el viejo, gritando Escobas!escobas! Nadie lo escuchaba, nadie quería escucharlo. Pensé en saludarlo pero me arrepantí. No he vuelto a verlo desde ese entonces